Nuestra historia esperando por vos
La organización nacional bajo el sistema constitucional fue el logro más importante de esta etapa, fruto de la voluntad política de Urquiza que bajo el lema "Ni vencedores, ni vencidos”, convocó a trabajar por el progreso del país.
El Congreso Constituyente fue uno de los escasos momentos de nuestra historia en que se trabajó por un objetivo común: la Constitución nacional.
La desconfianza de Buenos Aires en la autoridad personalista de Urquiza, su propósito de mantener el manejo de la aduana y recuperar su papel hegemónico, provocaron largos años de secesión que dejaron profundas heridas en el cuerpo nacional.
Sin embargo se puso en marcha un proyecto de transformación: el de la generación romántica que había regresado al país y se había distribuido entre los dos bandos, Buenos Aires y la Confederación. Podemos advertir coincidencias en los proyectos de ambos grupos gobernantes: el fomento de la inmigración, la instrucción pública, el desarrollo de las actividades agrícola-ganaderas, las mejoras en los caminos. las comunicaciones y los comienzos del ferrocarril.
El triunfo de Buenos Aires en Pavón tuvo como consecuencia la unión definitiva del país.
La organización del Estado argentino y su modernización quedaron bajo la dirección del partido liberal porteño.
La etapa 1862-80, marcó la definitiva unificación del país bajo los principios de la Constitución Nacional y los postulados del liberalismo. con las particularidades propuestas por la generación romántica.
Durante las primeras presidencias se fueron organizando las instituciones e imponiendo su autoridad a los sectores que se oponían a su acción: los federales del interior y los pueblos indígenas fueron los sectores más importantes que quedaron al margen del proceso de transformación.
La guerra fue nuevamente el método para solucionar los problemas nacionales. Los últimos levantamientos federales fueron sofocados; la cuestión de la capital del fue resuelta después de vencer la sublevación autonomista de 1880. Por último, la Campaña al Desierto extendió la autoridad de gobierno nacional a los territorios ocupados por los indios.
El mayor logro de esta etapa fue la puesta en marcha de las instituciones de la República sobre la base de la Constitución Nacional. Todavía pasaría tiempo hasta alcanzar el buen funcionamiento del gobierno representativo, republicano y federal, pero las bases estaban echadas.