HistoriArg

Nuestra historia esperando por vos

Entre los distintos emprendimientos diplomáticos de la revolución, los más favorables para la emancipación de las Provincias Unidas y de América del Sur se realizaron dentro del continente: la alianza chileno-argentina, ampliada luego con la peruano-colombiana, logró conectar los esfuerzos y recursos de gran parte de América Hispana para imponer la independencia.

Las potencias europeas apoyaron la reacción del absolutismo español. Gran Bretaña fue la única que indirectamente brindó sostén político a los países americanos al oponerse a la intervención europea, aunque lo hacía en defensa de sus propios intereses. Estados Unidos, con el que podía existir identidad de fines, estuvo ausente hasta 1822.

En cuanto a Portugal, aprovechó las disidencias internas para continuar su expansión

La independencia de América Hispana, en el plano militar, se obtuvo por el esfuerzo coordinado de los americanos; pero en el plano político no se logró esa unidad: los proyectos de confederación fracasaron e Hispanoamérica se fragmento en numerosos estados.

La revolución y la guerra originaron cambios económicos no deseados que se manifestaron hacia el fin del periodo en una gradual disminución de la riqueza, de las producciones y de la unidad monetaria y fiscal.

La pérdida del Alto Perú, el Paraguay y la Banda Oriental privó a las Provincias Unidas de zonas importantes por su producción y posibilidades comerciales. El comercio interior se desarticuló, lo cual llevó a la ruina a quienes se dedicaban a esa actividad y a la producción artesanal.

La aplicación del librecambio provocó la destrucción del sistema económico virreinal que a pesar de sus restricciones y controles había protegido las actividades agrícolas y artesanales del interior. Asimismo acentuó la orientación atlántica de la economía integrando el Litoral al comercio internacional, liderado por los británicos. Como consecuencia de la guerra surgió una importante deuda interna, con el consiguiente empobrecimiento de distintos sectores de la sociedad.

¿Será posible la reconstrucción económica después de la guerra? ¿Qué regiones o sectores. tendrán las mejores posibilidades?

La revolución puso término a la sociedad virreinal y dio origen a la sociedad criolla. Los principios de igualdad y libertad debilitaron la jerarquización de la sociedad y originaron una mayor movilidad social.

Sin embargo, no todos los cambios fueron los deseados por el grupo revolucionario. Los criollos tomaron el lugar preponderante en el aspecto político y económico, aunque en este último tuvieron que competir con los extranjeros (sobre todo con los ingleses).

La guerra y la violencia quebraron la solidaridad interna de la sociedad; la vida se tornó insegura. Se manifestaron rivalidades entre la burguesía y la “plebe” de las ciudades, y entre la ciudad y la campaña.

La revolución se inició en la ciudad, centro de poder político, económico y militar en el período virreinal; pero la guerra desgastó su riqueza y su poder. Al finalizar la década la campaña se presenta con mayor fuerza económica y militar, lo que derivará en la preponderancia de sus principales integrantes: los hacendados.

El período revolucionario inició una nueva etapa en la formación de nuestra identidad cultural, que se caracterizó por la ruptura con lo español y la búsqueda de una nacionalidad.

Se perciben dos líneas en la búsqueda de la nueva identidad: la que afirma lo americano sin desestimar la tradición hispana y la que se acerca a las corrientes culturales europeas. La primera predomina en el interior y la segunda en Buenos Aires.

Las letras, las artes plásticas y el periodismo trataron de afirmar el sentimiento patriótico. La educación cobró importancia como un medio para preparar a los futuros ciudadanos, pero los gastos de guerra impidieron su generalización.

La revolución marcó el comienzo de profundos cambios. culturales y mentales iniciando el camino hacia una nueva conformación de la nacionalidad. que continuarán las generaciones futuras.