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En las elecciones de 1983, Raúl Alfonsín se adjudicó el 51.7% de los votos contra el 40,1% de Italo Argentino Luder, convirtiéndose en el primer postulante radical en derrotar a un justicialista.
Anunció un reordenamiento de los sindicatos, hasta entonces mayoritariamente en manos peronistas. Indicó que el objetivo era democratizar las instituciones gremiales y hacerlas representativas de la mayoría de los trabajadores.
La dictadura militar había provocado una profunda fractura entre la sociedad y las Fuerzas Armadas. Esto es por el rotundo fracaso del Proceso de Reorganización Nacional para solucionar los problemas que tenía el país debido al terrorismo de Estado, implantado por las Fuerzas Armadas y a los métodos utilizados para deshacerse de todo aquel que no compartiera sus planes, y por último, a la derrota en la guerra de Malvinas y los hechos que allí se habían producido.
Se elimina el cargo de Comandante en Jefe de cualquiera de las armas. La jerarquía militar se terminaría en el cargo de Jefe del Estado Mayor y el Comandante en Jefe sería el Presidente de la Nación.
A tres días de haber tomado posesión del cargo, dicta los decretos de necesidad de perseguir penalmente a los conductores de grupos armados como los Montoneros y el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP). Además de ordenar el juicio a los ex comandantes que integraron las tres Juntas Militares ante el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas por su responsabilidad en los homicidios, torturas y detenciones ilegales, perpetrados entre 1976 y 1983.
El Juicio contaría con el aporte de las investigaciones realizadas por la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (Conadep), convocada por Alfonsín y cuya presidencia se otorgó al escritor Ernesto Sábato.
Para concluir lo correspondiente a los crímenes cometidos durante la dictadura, Alfonsín envía al Congreso el proyecto de ley que se conocería como de Punto Final, aprobado el 23 de diciembre de 1986. Según esta ley quedaba extinguida toda acción penal contra civiles y/o militares que no hubieran sido imputados por delitos cometidos en las operaciones antisubversivas dentro de un determinado plazo.
El 16 de abril de 1987 el Teniente Coronel Aldo Rico y los carapintadas, se amotinaron en la Escuela de infantería de Campo de Mayo, resistiendo la citación que la Justicia le hiciera al Mayor Ernesto Guillermo Barreiro. Luego de varios intentos, fue el mismo Alfonsín quien se hizo presente en Campo de Mayo y lograr que Aldo Rico depusiera su actitud.
Otros alzamientos militares se sucedieron. En Monte Caseros provincia de Corrientes, entre el 15 al 19 de enero de 1988, Aldo Rico volvió a sublevarse, repudiando la prolongación de su arresto por los hechos de Semana Santa.
Se trató de dar impulso a la política externa, lo cual se le encargó al canciller Caputo.
Se resolvió con Chile el conflicto por la demarcación fronteriza en el Canal de Beagle. Con mediación del Vaticano, ambos países suscribieron en 1984 primero una declaración de paz y fraternidad y luego un acuerdo sobre el canal.
Sobre las negociaciones con el Reino Unido por las Malvinas, sólo consiguió de Londres la reanudación del diálogo bilateral, excluyendo lo relativo a la soberanía de las islas.
Alfonsín inició tratativas para alcanzar la integración regional con Brasil y Uruguay y firmó el Tratado de Integración, Cooperación y Desarrollo (piedra angular del MERCOSUR). Se comprometía la creación de un espacio comercial común en diez años, mediante la eliminación dejas barreras arancelarias y no arancelarias y armonización de políticas comerciales.
El poder económico (de grandes grupos financieros internacionales y económicos locales), había logrado hacerse del control de todo el proceso productivo y financiero sobre la base de la explotación de los trabajadores y la subordinación del Estado a sus intereses.
Una inflación mensual del 20%, una deuda externa que rondaba los 45.000 millones de dólares y una tasa de desocupación que ascendía al 7%, fueron las secuelas que la dictadura había dejado en el campo económico. Para paliar la situación de aquellas familias que no podían satisfacer sus necesidades básicas se lanzó el Plan Alimentario Nacional (PAN).
En junio de 1985 se anunció el Plan Austral. Nuestra moneda cambió el nombre de peso argentino por el de Austral. Equivalía a 1.000 pesos argentinos y cotizando a 0,80 centavos de austral por dólar. Medidas: control de precios de los productos y tarifas de los servicios públicos, congelamiento salarial y no emisión monetaria. Se pretendía detener la inflación que crecía por entonces un 1% diario (El éxito inicial del Plan Austral se reflejó en las elecciones legislativas de noviembre de 1985).
A fines de 1986, el Plan Austral dio muestras de agotamiento: se desvaloriza fuertemente con respecto al dólar. La inflación volvió a trepar mientras que la recesión y los conflictos sociales se agravaban. Se optó por el abandono de los estrictos controles y liberalización económica. Se rompe con el modelo de economía semi cerrada y la apertura del mercado a los productos extranjeros. Tal política estuvo en contexto con cambios que se operados internacionalmente: Inglaterra y EE.UU. propiciaron reformas en las cuales el Estado ya no intervendría en los problemas económicos y sociales. Una ola de privatizaciones, reducción de las prestaciones sociales y del empleo público abrían el camino hacia el neoliberalismo.
En agosto de 1988 se lanzó el Plan Primavera: centrado en contener el ascenso inflacionario a través del control de precios de las tarifas públicas y congelamiento de los salarios estatales. Incluía control de cambio y precios, y negociación con el movimiento obrero. la Unión Industrial Argentina y la Cámara de Comercio.
1989: Las sequías afectaron las cosechas y la provisión de energía; alza incontrolada de las tasas de interés, agotamiento de las reservas del Banco Central para intentar mantener el valor de un austral que se depreciaba cada vez más frente al dólar; golpe de mercado producido por los principales grupos económicos al retirar sus depósitos de los bancos, retener divisas producidas por exportaciones y demorar el pago de impuestos.
El 30 de mayo se decretó el estado de sitio y se adoptaron medidas económicas de emergencia. Comenzaba a sonar la palabra ingobernabilidad. Alfonsín se retiró antes del gobierno, sin haber podido cumplir su promesa de recuperación de "el orden".
Nunca logró un crecimiento positivo, la deuda externa había crecido y los salarios decrecido enormemente, Menem llegaba con el siguiente panorama: una Argentina con recesión del 6% de PBI, una deuda externa de 63.000 millones de dólares y una hiperinflación cercana al 5000% anual.
Golpeada por el golpe militar que recientemente había sufrido el país, a lo que se agrega una parte de la sociedad seguía creyendo que la misma era lo mejor para la Nación, otra parte de mayor envergadura se sentía liberada ante semejante contexto, luego tenemos divisiones históricas entre peronistas y radicales, grupos más conservadores, pequeños grupos de izquierda y una democracia muy joven y débil como para no acompañarla en cada detalle.
El 3 de junio de 1987 el divorcio vincular se hacia Legal en la Argentina: Muchos festejaron la sanción de la ley, pero la Iglesia y sectores conservadores no estuvieron de acuerdo con la nueva ley y preanunciaban una avalancha de rupturas matrimoniales.
La presión sindical ante la caída de los salarios producto de la inflación reinante, sumado a este contexto económico, la sociedad argentina comienza a tener niveles de pobreza poco visto con anterioridad. Todo esto es acompañado por una deuda externa que crecía sin poder desacelerarla.
Ante este contexto, y con el fracaso en lo económico (hiperinflación galopante), más ciertos vaivenes, alternando "buenas y malas" en el plano político/militar, la crisis social argentina llega a su punto más alto en 1989, a pocos días de celebrarse las elecciones presidenciales, donde reinaron los saqueos, el descontrol y la anarquía.
En los 80 el cine argentino le abrió sus puertas a la voluntad de cambio. Los directores no exiliados se habían volcado al cine publicitario como otra alternativa de trabajo y luego, con la vuelta a la democracia, instauran implícitamente una nueva forma de hacer cine: este ese caso de Pino Solanas y Luis Puenzo.
Los principales organismos relacionados con la cultura fueron ocupados por figuras y personalidades relacionadas con ese campo (por ejemplo el actor Luis Brandoni en la asesoría presidencial en temas de cultura; el escritor Pacho O`Donnell, como secretario do Cultura de la Municipalidad de Buenos Aires, Carlos Gorostiza en la Secretaria de Cultura de La Nación, Miguel Angel Merellano en ATC).
Además se votó en el Congreso la ley 23.052 que estableció la abolición de la censura cinematográfica que durante casi 30 años había coartado la libertad del público y la creatividad de los autores. Se realizaron grandes cantidades de extrenos de películas, muchas de las cuales relacionadas a la época que acababa de transcurrir; además de ediciones de libros, música, etc.